La alimentación en los hogares mexicanos se vio vulnerada por la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2, como lo demuestran los resultados obtenidos por una encuesta digital aplicada en los estados de Puebla y Oaxaca, cuya finalidad fue determinar si existió algún grado de inseguridad alimentaria en los hogares para evitar que se repita en lo que se ha llamado una segunda oleada o rebrote esperado. Se utilizó la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) para la medición de la inseguridad alimentaria, la cual se había usado con anterioridad de manera oficial por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) y se incluyó en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) desde el año 2008. La ELCSA es apropiada tanto a nivel local como nacional y está compuesta por 15 preguntas excluyentes divididas en dos secciones: la primera contiene 8 preguntas referentes a situaciones que los adultos experimentan en sus hogares, y la segunda consta de 7 preguntas que se refieren a las condiciones que afectan a los menores de 18 años. La información obtenida fue procesada con el software Excel, con el cual se observó que los hogares habitados sólo por adultos son más estables en términos de seguridad alimentaria, puesto que los resultados muestran que en estos hogares se presentó inseguridad alimentaria moderada como máximo, mientras que en los hogares con presencia de menores de edad se presentó inseguridad alimentaria severa.