Los infinitos perfiles del bosque
Resumen
Bosque de Niebla (2017).
Dirección: Mónica Álvarez Franco
Hace algunos años descubrí la permacultura, la agroecología y todo lo que rodea a estos conceptos. Así es impulsado por el deseo de saber más sobre esos temas terminé tomando unos cursos al respecto en Las Cañadas, una cooperativa dedicada a la producción agroecológica que sigue estos lineamientos. Fue fascinante ver cómo es posible vivir, producir, distribuir e intercambiar de otra manera, no contra la naturaleza, sino con la naturaleza, como dice aquel principio de la permacultura. Lo que más me fascinó fue el bosque comestible, pues permite producir alimentos y otros productos útiles imitando las funciones e interacciones de un bosque nativo. Es verdad que no puede alcanzar ni cumplir exactamente las mismas funciones que un bosque nativo, pero me sigue pareciendo increíble que se pueda producir alimentos a la vez que se absorbe dióxido de carbono y se ofrece un espacio donde pueden vivir infinidad de aves, insectos, microorganismos, bacterias, reptiles, etc, un lugar que es muy cercano a un bosque natural y que es completamente opuesto a la manera contaminante en que producimos alimentos.
La cinta aquí en cuestión nos muestra la vida cotidiana de los miembros de esta cooperativa, eso sí, no es documental sobre permacultura o agroecología o bosques comestibles, tampoco sobre el ecosistema llamado bosque de niebla —el cual cubre aproximadamente el 1% de la superficie total de nuestro país— y que es el ecosistema donde se encuentran. El propósito es otro y consiste más bien en ofrecernos, en distintas escenas, algunas historias y momentos de los habitantes de esa cooperativa. Y precisamente esto es lo que siempre me ha gustado del cine: su capacidad para darnos otros perfiles de las cosas, muchos de los cuales nos pasan desapercibidos.