¿Es posible hablar de un deterioro intelectual, moral y estético de nuestra sociedad? El presente trabajo pretende ofrecer pautas de comprensión del proceso de erosión intelectual francés para reflexionar sobre la creciente apropiación utilitarista de la realidad que se manifiesta en las prácticas académicas. En este entorno, se le exige a la escuela desarrollar el pensamiento crítico y formar ciudadanos activos, muy diferentes a los sujetos mínimos anunciados por Hugo Zemelman. De esta manera, resulta pertinente tratar de responder si la experiencia francesa, analizada por Perry Anderson en su texto sobre El pensamiento tibio, nos permite clarificar cómo se pasa de un “edén intelectual y cultural” a una época de confusión, de abaratamiento de la vida intelectual y cultural, y de prácticas sin reflexividad en México. Para abordar el problema se parte de un análisis multidimensional, enfatizando las prácticas culturales y académicas que se viven en la cotidianidad de las instituciones escolares y en el ámbito de la investigación científica y la producción cultural.