El envejecimiento es un proceso biológico inevitable que conduce a todos los seres vivos hacia un aumento paulatino de la probabilidad de muerte, ya sea por el agotamiento de la extensión de vida propia de la especie o por el desencadenamiento de procesos fisiológicos como respuesta a un medio ambiente tóxico o inductor de la síntesis de productos nocivos para la célula. Los cambios fenotípicos que se producen por el envejecimiento son compartidos por la mayoría de los seres vivos: la disminución del potencial replicativo de las células del organismo o de un cultivo celular debido a la entrada progresiva de algunas de sus células el estado senescencia. La senescencia, a diferencia de la quiescencia, se caracteriza por el arresto irreversible del ciclo celular, además de que se produce un fenómeno secretorio que desencadena la entrada de las células que le rodean a un estado de senescencia de manera secundaria. A nivel organísmico, las alteraciones fisiológicas provocadas por el envejecimiento disminuyen o anulan la tolerancia al estrés, la capacidad para reestablecer su función óptima, la concomitante disminución de la resiliencia a cambios desafiantes en el medio ambiente, así como esterilidad, alteraciones en el metabolismo energético, desencadenamiento de señales celulares que conducen a la inflamación y padecimientos propios la vejez. En esta revisión se presentan de manera resumida los avances que a la fecha se han obtenido en la investigación del envejecimiento, las teorías que recientemente explican este proceso y los avances para el logro de un envejecimiento con una buena calidad de vida, que permita dejar de relacionar la vejez con el dolor.