Entre San Nicolás Tolentino y el jaguar. El culto a la lluvia en Zitlala, Guerrero

Resumen

Las primeras devociones novohispanas cristianas estuvieron muy ligadas a los dioses nativos y ancestrales propios de los pueblos nahuas, otomíes, mayas, mixtecos, grupos que a partir de esa diversidad religiosa y por ende del culto a las fuerzas de la naturaleza, lograron asimilar a sus deidades con los santos y santas propios de occidente. Fue un proceso lento de aculturación religioso, mediante el cual la mayoría de los habitantes de la población de Zitlala “lugar de estrellas” aceptó su propia manera de reinterpretar un sistema religioso católico, como el impuesto a mediados del siglo XVI, a partir de la labor evangelizadora de los frailes agustinos Jerónimo de San Esteban y Agustín de la Coruña, en las poblaciones de Zitlala, Chilapa y Tlapa, municipios que actualmente se localizan en las regio nes de la baja y alta montaña del Estado de Guerrero. A partir de este proceso en Zitlala se da un culto muy particular por San Nicolás Tolentino santo patrón de la población, al cual rinden culto, pero que comparte uno arraigado con el jaguar, mediante la vinculación que el hombre mesoamericano hace de la naturaleza como parte de su entorno, la logra interpretar y a su vez comprender cada hecho.